miércoles, 11 de julio de 2012

Constitución 1925 y reformas.


La nueva Constitución de Chile promulgada al regreso de Alessandri se caracterizó por establecer las bases del presidencialismo en nuestra nación. Las disposiciones incluidas en sus artículos eliminaron cualquier posibilidad de que el Congreso interviniera en la conformación de los gabinetes y, además, daban cuenta de un detallado procedimiento para llevar a cabo las antes comunes acusaciones constitucionales, en las que por lo general los parlamentarios otorgaban un voto de censura a los ministros interpelados implicando la consiguiente modificación ministerial.
Por otro lado, la duración del mandato del Presidente de la República fue ampliada a seis años, sin permitir la reelección inmediata; además, la nueva Constitución dispuso que las elecciones presidenciales fueran realizadas de forma directa por los votantes.
Como señalamos más arriba, el nuevo texto eliminó las atribuciones que permitían al poder Legislativo presionar al Ejecutivo e influir en sus decisiones; una de estas disposiciones hacía especial mención a las denominadas leyes periódicas, como la del presupuesto de la nación sobre la que se estableció un plazo fijo para su estudio y aprobación. En el caso de que el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo al Congreso fuera rechazado o si este no concitaba acuerdo, el proyecto de ley entraría en vigencia una vez superado el plazo dispuesto.
Otra innovación contenida en la Constitución de 1925 es la creación del Tribunal Calificador de Elecciones, con la intención de garantizar el buen cumplimiento de las decisiones tomadas por los electores en las urnas. A diferencia de la carta fundamental anterior, el nuevo texto constitucional incorporó mecanismos explícitos para realizar reformas a la misma. La introducción de garantías constitucionales de carácter social, la implementación de los tributos proporcionales (el que gana más impone más, el que gana menos impone menos), disposiciones relativas al campo laboral y el derecho a la previsión social son otros aspectos relevantes incluidos en la nueva Constitución de 1925.
Es preciso señalar que la una de las características más importantes de esta carta fundamental es la separación definitiva de la Iglesia y el Estado, lo que en la práctica implicaba que el catolicismo dejaba de ser la religión oficial de Chile. Esta transformación fue negociada personalmente frente al Vaticano por el presidente Alessandri durante su estadía en Italia. De esta forma se puede señalar que la antigua aspiración liberal de establecer constitucionalmente la plena libertad de conciencia fue finalmente alcanzada.


Haz click en el link para ver una presentación sobre la Constitución de 1925 y las Reformas.

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