La
nueva Constitución de Chile promulgada al regreso de Alessandri se caracterizó
por establecer las bases del presidencialismo en nuestra nación. Las
disposiciones incluidas en sus artículos eliminaron cualquier posibilidad de
que el Congreso interviniera en la conformación de los gabinetes y, además,
daban cuenta de un detallado procedimiento para llevar a cabo las antes comunes
acusaciones constitucionales, en las que por lo general los parlamentarios
otorgaban un voto de censura a los ministros interpelados implicando la
consiguiente modificación ministerial.
Por
otro lado, la duración del mandato del Presidente de la República fue ampliada
a seis años, sin permitir la reelección inmediata; además, la nueva
Constitución dispuso que las elecciones presidenciales fueran realizadas de
forma directa por los votantes.
Como
señalamos más arriba, el nuevo texto eliminó las atribuciones que permitían al
poder Legislativo presionar al Ejecutivo e influir en sus decisiones; una de
estas disposiciones hacía especial mención a las denominadas leyes periódicas,
como la del presupuesto de la nación sobre la que se estableció un plazo fijo
para su estudio y aprobación. En el caso de que el proyecto de ley enviado por
el Ejecutivo al Congreso fuera rechazado o si este no concitaba acuerdo, el
proyecto de ley entraría en vigencia una vez superado el plazo dispuesto.
Otra
innovación contenida en la Constitución de 1925 es la creación del Tribunal
Calificador de Elecciones, con la intención de garantizar el buen cumplimiento
de las decisiones tomadas por los electores en las urnas. A diferencia de la
carta fundamental anterior, el nuevo texto constitucional incorporó mecanismos
explícitos para realizar reformas a la misma. La introducción de garantías
constitucionales de carácter social, la implementación de los tributos
proporcionales (el que gana más impone más, el que gana menos impone menos),
disposiciones relativas al campo laboral y el derecho a la previsión social son
otros aspectos relevantes incluidos en la nueva Constitución de 1925.
Es
preciso señalar que la una de las características más importantes de esta carta
fundamental es la separación definitiva de la Iglesia y el Estado, lo que en la
práctica implicaba que el catolicismo dejaba de ser la religión oficial de
Chile. Esta transformación fue negociada personalmente frente al Vaticano por
el presidente Alessandri durante su estadía en Italia. De esta forma se puede
señalar que la antigua aspiración liberal de establecer constitucionalmente la
plena libertad de conciencia fue finalmente alcanzada.
Haz
click en el link para ver una presentación sobre la Constitución de 1925 y las
Reformas.
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